Buenas tardes y bienvenidos.
Esta entrada forma parte de un ejercicio literario propuesto en la web Adictos a la Escritura. El mismo consistió en elegir una imagen de la que más tarde se reveló a qué género correspondía. Yo elegí esta y me ha tocado escribir un relato costumbrista:
Confieso que me pareció muy interesante, y que he aprovechado la investigación en la que me encuentro para escribir una historia para centrar la narración de mi relato. También aclaro que me he tomado ciertas licencias con las tradiciones debido a que los ritos cambian según la ciudad, la religión y el estatus social. Así que he escogido el orden de las más importantes según el aporte que brindaban a la historia y viceversa.
Para ayudar a la comprensión de algunos términos adjunto un breve glosario al final del texto. De todos modos, tengo la impresión de que es fácil adivinar el significado de algunas de las palabras hindúes que he empleado.
Es mi deseo que disfruten el relato.
Gracias por permitirme participar :)
Esta entrada forma parte de un ejercicio literario propuesto en la web Adictos a la Escritura. El mismo consistió en elegir una imagen de la que más tarde se reveló a qué género correspondía. Yo elegí esta y me ha tocado escribir un relato costumbrista:
Confieso que me pareció muy interesante, y que he aprovechado la investigación en la que me encuentro para escribir una historia para centrar la narración de mi relato. También aclaro que me he tomado ciertas licencias con las tradiciones debido a que los ritos cambian según la ciudad, la religión y el estatus social. Así que he escogido el orden de las más importantes según el aporte que brindaban a la historia y viceversa.
Para ayudar a la comprensión de algunos términos adjunto un breve glosario al final del texto. De todos modos, tengo la impresión de que es fácil adivinar el significado de algunas de las palabras hindúes que he empleado.
Es mi deseo que disfruten el relato.
Gracias por permitirme participar :)
Designio de los dioses
Indira alisó la tela
de su sari, eliminando una arruga inexistente. Lo hacía sin notarlo, demasiado
nerviosa para permanecer inmóvil. Estaba de pie ante la entrada de su casa,
rodeada por sus padres, familiares y amigos cercanos. Escuchaba susurros excitados
a su espalda, pero no les prestaba atención: estaba pendiente del sonido de la
música que resonaba calle arriba, atenta a la llegada de Milaan. Cuando al fin
pudo ver a la procesión danzante bajo las luces de los faroles sintió que el
aire abandonaba sus pulmones y que las piernas comenzaban a temblarle.
Milaan surgió de la
multitud, montado en un gran caballo blanco. Se lo veía impresionante ataviado
en su sherwani dorada y el safa que cubría su abundante cabellera.
Al verlos disminuir la marcha al aproximarse a la casa, Indira pudo apreciar
los finos detalles decorativos de la espada que portaba ceñida a la cadera.
Milaan le sonrió al
verla, una sonrisa suave y apreciativa a la que ella no terminaba de
habituarse. Le devolvió el gesto, insegura de que él pudiera notarlo detrás del
velo que le cubría el rostro.
Cuando desmontó y se
acercó a ella junto a la familia y amigos que lo acompañaban, Indira dio un
paso al frente y colocó en torno a su cuello una guirnalda de flores y aguardó
a que él hiciera lo mismo con ella. Juntos caminaron por el largo pasillo que
conducía al patio de la casa, donde amplias mesas estaban servidas con una
fastuosa cena. Los invitados no demoraron en tomar asiento a las mesas mientras
que Milaan e Indira caminaban junto a sus padres en dirección al mandap.
Cuando subieron a la
tarima la mano de Milaan se deslizó en torno a la suya, e Indira sonrió una vez
más al ver sus manos entrelazadas: las de Milaan grandes y fuertes y las suyas
decoradas con mehendi de intrincados
diseños y gran variedad de anillos. Se acercaron al pandit que dirigiría la ceremonia y juntos elevaron una puya a Lord Ganesh, para que los ayudara
a vencer los posibles futuros obstáculos.
Después el pandit los invitó a sentarse en sus
respectivos asientos enfrentados, e Indira pudo regalarse la vista una vez más
con su apuesto novio, al que se había prometido en matrimonio siendo pequeña y
al que apenas había conocido semanas atrás por designio de Brahma. Apenas fue
consciente de que sus padres subían al mandap
y procedían a unir a los novios con un hilo de oro en símbolo de unión, hasta
que su padre entregó oficialmente su mano.
Cuando encendieron el
fuego Milaan se puso de pie invitándola a imitarlo. Juntos se detuvieron junto
a las llamas que ardían en honor a Agni y Milaan prometió con voz solemne ser
un apoyo para ella durante su matrimonio, y alcanzar la felicidad matrimonial
mediante los tres objetivos de tal unión: el Kama, el Artha y el Dharma.
Formando cuencos con sus manos brindaron ofrendas al fuego y entonces volvieron
a tomarse de las manos y caminaron siete veces en torno a las llamas.
Finalmente, después de
tres días de ceremonias y festejos, Indira y Milaan eran marido y mujer.
Indira quería sonreír
y hacer a todos partícipes de su alegría, pero eso iba en contra de las
tradiciones, así que se mantuvo junto a Milaan, el rostro impávido bajo el velo
pero la mirada brillante y el pulso acelerado.
Milaan pareció
percibir su emoción y la correspondió con un ligero apretón de manos y una
breve sonrisa. Luego se apartó y tomó de un estuche brillante un thaali de oro del que colgaba un fastuoso
colgante Sudarshana Chakra, en honor
a Vishnu, dios preservador de todo. Sin prisas lo pasó sobre la cabeza de
Indira y ambos apreciaron el brillo de la joya sobre su elegante sari rojo.
La tía de Milaan se
acercó a la pareja y ofreció a su sobrino la tintura roja con la que él
procedió a teñir una línea en el cabello de Indira. Lo mismo hizo, con cuidado
de no quitar el velo, sobre la frente de su novia.
Cuando quedaron solos
de nuevo Milaan procedió a levantar el pie desnudo de Indira siete veces en su
dirección, dándole de modo oficial la bienvenida a su familia, de la que ahora
formaría parte hasta el día de su muerte.
Una vez finalizados
los ritos ceremoniales Milaan e Indira volvieron a tomarse se las manos y una
súbita lluvia de pétalos de rosa cayó sobre ellos.
Los festejos iniciaron
de modo oficial cuando los novios volvieron a ocupar sus asientos, esta vez uno
junto al otro y de cara al fuego. La banda no tardó en comenzar a tocar música
tradicional y los invitados se levantaron y bailaron con entusiasmo al son de
los tambores, entre risas y felicitaciones.
Indira y Milaan aún
tendrían que esperar muchas horas para poder retirarse a la casa de los padres
de Milaan, donde al fin podrían estar solos e iniciar su vida de casados.
La vida de ambos había
cambiado para siempre, atados ahora por un juramento de samskara, pero Indira estaba convencida de que no debía temer o
dudar de que pudiera ser feliz. Durante años había dedicado horas a pensar en
Milaan, en ese hombre desconocido al que algún día le ofrendaría su vida, y se
había preparado para lo peor, pese a los consejos de su madre y sus tías.
Ahora comprendía que
todo ese tiempo fue un desperdicio de energías, pues debió confiar en que
Brahma habría tejido los hilos de su destino de modo favorable y que Milaan
sería para ella todo lo que se puede esperar de un buen hombre.
Las horas se
deslizaron entre bailes y brindis por los novios y cuando le anunciaron que era
hora de retirarse las mujeres de su familia la escoltaron hacia donde un
palanquín aguardaba por ella. La ayudaron a entrar, acomodando sus ropas, y
cuando estuvo instalada el palanquín se alzó sobre los hombros de sus
familiares y una nueva procesión la acompañó hacia la salida de la casa.
La mano de Milaan, a
la que ya acostumbraba a ver como signo de constante apoyo, la ayudó a salir
una vez en la calle, y entonces, entre abrazos y buenos augurios, Indira se
despidió de su familia, del hogar en el que había vivido sus jóvenes diecinueve
años y al que ya no pertenecía.
Se volteó hacia el
hombre que ahora era su familia, su presente y su futuro, y le permitió
quitarle el velo. Indira elevó sus ojos oscuros hacia los de su marido y un
breve momento pareció durar una eternidad plena de dicha.
Cuando él le ofreció
el brazo y la ayudó a entrar al carruaje que los esperaba, Indira no miró atrás
con tristeza o melancolía sino con esperanza y, sobre todo, con ilusión.
Glosario:
Sari: Vestido tradicional usado por mujeres de India
Sherwani: Saco
Safa: Turbante
Mandap: Especie de carpa elegante
Mehendi: Arte de decorar la piel con henna, a modo de tatuaje temporal
Pandit: Sacerdote
Puya: Oración
Lord Ganesh: Deidad hindú, una de las más populares de India, se lo representa con cuerpo humano y cabeza de elefante
Brahma: Máxima deidad hindú, representa al Espíritu Infinito y es el creador de todo
Agni: Dios del fuego
Kama: Uno de los objetivos del matrimonio y la vida, y representa el goce de cualquier cosa que se pueda experimentar mediante los sentidos
Artha: Otro de los objetivos, este se refiere al alcanzar riqueza y estatus
Dharma: Está relacionado con las obligaciones personales, la vocación y los deberes de un individuo para consigo mismo, su familia y la sociedad
Thaali: Collar
Sudarshana Chackra: Símbolo que representa a Vishnu y que es empleado por sus adoradores
Samskara: Honestidad y Lealtad